0

Tu producto se agregó al carrito

Tu carrito esta vacío

Volver

¿Qué debe desayunar un hipertenso?

¿Qué debe desayunar un hipertenso?

La hipertensión es una enfermedad crónica no transmisible que se define por una presión arterial alta, igual o por encima de 140/90 mmHg, donde la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias es constantemente alta, haciendo trabajar más al corazón para bombear la sangre a todas las partes del cuerpo.

Si no se trata correctamente se convierte en una enfermedad grave a largo plazo, siendo el principal factor de riesgo para la enfermedad cardioascular, así como para la insuficiencia renal y los accidentes cerebro vasculares.

Entre los principales factores para desarrollar hipertensión están el alto consumo de sal o sodio, un bajo consumo de frutas y verduras, el sedentarismo, el sobrepeso, y el hábito nocivo del alcohol y tabaquismo; así como los antecedentes familiares, edad mayor a 65 años y la presencia de otras enfermedades crónicas degenerativas. 

Sin embargo, la hipertensión puede ser prevenible y tratada con efectividad tan solo disminuyendo el consumo de sal y productos altos en sodio como ultraprocesados, llevando una alimentación más balanceada, incluyendo frutas y verduras, haciendo actividad física con regularidad y manteniendo un peso saludable.

Su tratamiento dietoterapeútico se basa en un plan de alimentación saludable que básicamente  busca limitar o reducir el consumo de sodio a 2300mg al día, lo que equivale a 1 cucharadita (5 gramos) de sal de mesa. Esta alimentación debe ser rica en verduras, frutas y cereales integrales; incluye lácteos bajos en grasa, carnes magras, legumbres y frutos secos.

Entonces, la dieta para el hipertenso debe ser rica en potasio, magnesio, calcio, fibra y proteinas; baja en grasas saturadas y por su puesto baja en sodio.

Para comenzar tu día realiza desayunos nutritivos que controlen tu presión arterial.

  • Avena cocida con fruta, huevos sancochados con una fuente de grasa monoinsaturada como la palta y una porción de fruta fresca. Agrega semillas para aumentar el aporte de fibra y sazona las proteínas con orégano y tomillo.
  • Pan con tortilla de espinacas y un vaso de leche descremada; puedes agregar café o cacao y endulzar con panela o estevia, acompaña con una tajada de papaya y una cta. de semillas de chia.
  • Pan integral con queso fresco bajo en sal y rodajas de tomate más una infusión sin azúcar y una manzana.
  • Quinua para beber, ensalada de melón, plátano y arándanos espolvoreado de hojuelas de avena con un poco de yogurt natural.
  • Papa sancochada con huevos revueltos, orégano y pimienta más una rodaja de piña con canela y una infusión o mate digestivo.
  • Yogurt natural licuado con fresas, polen y ajonjolí, huevos y un pan pita.

Las cantidades varian según el estado nutricional y los requerimientos de cada persona, consulta siempre con tu médico y nutricionista.

 

Autor: Pámela Ponce de León Saavedra – Nutricionista CNP 4436

 

Fuente: